El amor toma distintas maneras de expresión y distintas formas de sentirlo y su corazón aún gruardaba en un rincón muy secreto esa sonrisa amplia, ese brillo de la mirada tierna y auténtica de Daniel; de sus charlas en el jardín, de sus pasos por la avenida y de aquellas lágrimas de impotencia ante su decisión de reconcilirse con Lucas -una mentira piadosa de la que se valió para dejarlo libre en la vida que debía hacer sin ataduras, ni condicionamientos-. Solo allí en lo más profundo de su alma, un invisible lazo se resistía a liberar esos corazones que habían quedado unidos para siempre.
-"¡Ay, amiga que bello traje!"-exclamó Lola al ver a Lucía frente al espejo vestida de novia.
Por un instante la futura esposa contemplo su imagen en el gran espejo de la sala, aunque en vez de verla a su amiga estupefacta observó detrás suyo la imagen de Daniel, sonriendole y con sus brazos abiertos. Cerró fuertemente sus párpados para corregir el cuadro que asaltaba su retina, pero eso no bastó para conseguir que sus tímpanos escuchara las más dulces palabras de amor, en un clamor ahogado a la distancia, mezclándose con el aroma de azahares de una despedida plena.
-"Amor, debo viajar por unos clientes al interior, es un viaje de solo dos días y mi padre me acompañará", susurró Fran a su novia mientras la abrazaba feliz. "Es el último viaje antes de nuestra boda, luego podremos disfrutar juntos las ansiadas vacaciones en las playas mexicanas, y al regresar estrenar nuestra casa en las afueras de la ciudad", concluyó.
-"Todo está listo, Fran, nos quedan solo cuatro días y el futuro ser´nuestro, la vida juntos y el destino que nos unió para siempre nos esperan, acotó ella.
La madrugada se presentó húmeda y con niebla, con ese manto bajo y espeso que cubre y amenaza a la vista de cualquier humano. A las cinco en punto el rugir de un coche presagiaba un final que nadie imaginaba. La ruta estaba poco transitada y en el habitáculo Francisco le contaba a su padre sus planes con su esposa.
Un camión adelante del coche se había detenido sin luces, y para la velocidad que traían los frenos no fueron suficientes; el impacto fue como una blanca explosión y el presente les marcaba a ambos que ya no habría futuro. Siguió para ellos el silencio eterno.
El verde césped del campo santo fue la alfombra por la que los pasos de Lucía y Magdalena caminaron juntas durante cinco años más. Solas e infaltables fueron dejado sobre sus huellas el perfume de flores estacionales.
-"A veces pieso que esta soledad forzada es el rumbo definitivo de mi vida, todo cambió en mí, nada queda después del dolor, ni siquiera el amor es igual. A veces siento que no soy la misma, o bien que transito por distintas vidas sin morir. Mi corazón sigue latiendo, pero ya lejos de la felicidad. Todo pasa y nada vuelve a ser como antes", pensaba Lucía cuando en silencio contemplaba la casa gris del frente; así como añorando a ese joven lleno de vida y energía en el que el amor ardía sin apagarse.
Magda, fue un legado que Fran le dejó a Lucía solo por cinco años más. Una madre bondadosa, abnegada y compañera que también la había adoptado a ella como propia. El dolor de perder a su esposo y a su hijo juntos, fue una carga imposible de sobrellevar y casi sin prisa ni quejas un día de invierno también se marchó con ellos para siempre.
Luego de un corto duelo y mientras Lucía reacomodaba sus cosas para marcharse a trabajar, su teléfono comenzó a sonar con un identificador desconocido. Al principio dudó en atender, tenía poco tiempo para llegar a cumplir su horario y mientras tomaba su cartera pensó que saldría de la curiosidad al contestar. Una voz joven y femenina la notificó para comparecer a un estudio jurídico de la ciudad en los días venideros, acordando fecha y hora, pero no precisamente el tema a tratar que se mantuvo en suspenso.
No dudó en comentarle la siuación a su amiga Lola, siempre dispuesta a escucharla y aconsejarla tras tantos reveses que el destino le jugaba.
-"Amiga, no te preocupes, quizás se trate de algunos papeles pendientes del terreno que Fran había comprado en Villa Allende, frente a esta casa diseñada por Uds. dos , y que después del accidente le pediste al Dr. Pérez Olmedo que lo vendiera, ¿lo recuerdas?"
-"Sí, sí es posible, Lolita pero ya debo hacerme cargo pues estaba a mi nombre y faltará mi firma", añadió. "Si Francisco hubiese podido disfrutar esta vista maravillosa de las Sierras Chicas, de la naturaleza, de los pájaros .... "
-"Mañana a las once lo sabrás, y entonces podrás ver mejor tus proyectos para el futuro", concluyó la amiga.
La vida de los Sánchez Argûello, transcurría serena y en paz, tenían una nueva casa en un barrio cerrado, cerca de la maravillosa Villa Carlos Paz, y como orgullosos padres de Daniel, flamante Economista de Harvard, se preparaban para darles un bello regalo. Pensaban que aquí podría dedicarse a los negocios inmobiliarios, pero antes le instalarían, como sorpresa, una oficina en el centro de Córdoba.
-"Liliana he decidido comprarle a Daniel un piso en la capital para montar la oficina, el Arq. Martínez me ha recomendado la ubicación de un piso céntrico y algunas terminaciones para modernizalo. También he señado un terreno en un hermoso lugar en Villa Allende para que Daniel construya algunas cabañas. Hoy me avisará para firmar el boleto con el apoderado legal de los vendedores. La papelería está toda en orden y mi ansiedad me está quitando el sueño", Rodolfo le comentaba a su esposa mientras compartían un delicioso café en el aeropuerto.
-"¡Rodo, Rodo! ¡Acaba de aterrizar el vuelo de Daniel!, gritó emocionada la madre al ver la pantalla, luego del cual se unieron los tres en un caluroso abrazo.
Al día siguiente, eran las once de la mañana en el estudio del Dr. Juan Ribas, y el lustroso escritorio estaba listo para la firma de la operación. Desde el 9no. piso el letrado contemplaba el antiguo Palacio de Justicia mientras la jornada se presentaba soleada en medio del vuelo de las palomas en la plaza de la Intendencia. Lucía llegó quince minutos antes, tiempo suficiente para que el letrado le recordara su derechos testamentado por sus suegros sobre el inmueble ahora en venta. Un dejo de tristeza bañado en lágrimas brotaron de los ojos de la dama y de pronto la secretaria ingresó con los ansiosos compradores.
-"Adelante señores", exclamó el abogado, mi representada y yo los estábamos esperando; Lucía giró sobre su asiento y para su sorpresa vió a la familia Sánchez en pleno; a punto de tomar sus asientos para la tranacción. Un solo segundo bastó para que ella redescubriera esa mirada tierna y la sonrisa ancha de quien nunca había dejado de amar. Daniel no entendía nada, no podía hablar de la emoción, el amor nuevamente se apoderaba de su sangre y de su corazón.
Liliana y Rodolfo no podían contener la sorpresa, el destino les había jugado un jaque mate del cual no podían escapar. Sin mediar palabra alguna de ninguna de las partes, se firmó la operación y los nuevos dueños se marcharon con las llaves del piso que había pertenecido a los Ruiz Díaz.
Lucía había cobrado su herencia y no pudo más que recordar a Francisco, quien injustamente había quedado en el camino junto a sus padres. Quizás el cielo esa misma noche la iluminaría con tres nuevas estrellas.
Porque todo lo que sucede, no sucede en vano, ni por casualidad.
Porque antes del primer llanto que la madre escucha de su hijo, Dios ha trazado el camino de toda su existencia con puntos y comas.
Porque por más que el minúsculo homre tuerza a voluntad lo que "El más Grande" dispuso de otra manera, todo vuelve a su origen prefijado.
Porque la fuerza y la voluntad de Dios nunca pueden cambiarse.
Porque a pesar, del tiempo y los intermediarios no son más que inconcientes agilizadores de aquello que no se borra nunca.
Lo que está indefectiblemente previsto.